Tomás, 17 años, estudiante autista y con dislexia
“Cada día en el instituto para mí es una carrera de obstáculos. Exámenes cronometrados, profesores que se burlan, compañeros que no entienden. Me esfuerzo el triple y me siguen diciendo que soy ‘vago’, que no me ‘tomo interés’. Tengo derecho a estudiar sin ser humillado. A que mis adaptaciones no se vean como ‘ventajas’ o ‘favoritismos’. A no sentirme menos por aprender de forma diferente. ¿De qué sirve este Día si nadie cambia nada el lunes?”
Lucas, 32 años, activista autista y usuario de apoyos personalizados
“Estoy cansado de que hablen de nosotros como si fuéramos una carga. Como si no tuviéramos derecho a decidir sobre nuestras propias vidas. Tengo una discapacidad, sí, pero eso no me define: soy mucho más que eso. El tener discapacidad no me quita capacidad para pensar, sentir, opinar y amar. Necesito apoyos, refuerzos y no lecciones. Necesito que me faciliten las cosas, no lástima. Y sobre todo, necesito que dejen de hablar de ‘inclusión’ como si fuera un favor cuando es un derecho o debería serlo. Y no descansaré hasta que esto quede claro y se respete.”
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