Autismo no debería ser sinónimo de vergüenza (como ocurre en muchos casos) sino de identidad.
Hoy no venimos a pedir permiso para existir. No vamos a explicar otra vez por qué no necesitamos cura, por qué el autismo no es una enfermedad… No vamos a justificarnos: estamos hartos. Hoy nos plantamos y decimos alto y claro: somos autistas y estamos orgullosos de serlo.
El Orgullo Autista no es una moda ni un gesto simbólico. Es una respuesta política y emocional a siglos de invisibilización, de violencia clínica, de silenciamiento educativo, de capacitismo institucional. Es nuestra forma de decir que no ser como esperan no es un error. Es una forma válida de ser.
No somos valientes por “vivir con autismo”. Lo somos por sobrevivir en un mundo que constantemente nos obliga a fingir que no lo somos y que te premia si lo logras (pasando desapercibido) o te penaliza si no tienes éxito (discriminándote). Por resistir entornos que nos castigan cuando no hacemos “masking”. Por defender nuestra identidad y condición contra viento y marea incluso cuando la mayoría de instituciones (médicos, comunidad educativa, etc) o incluso nuestras propias familias intentaron moldearla, normalizarnos, “reeducarnos”….
Hoy no buscamos comprensión. Exigimos respeto. Exigimos representación real, lejos de estereotipos. Exigimos acceso a vivir en sociedad sin condiciones. Exigimos que se deje de hablar de nosotros como si fuéramos un problema a resolver o directamente un lastre.
Hoy es un día para gritar fuerte: No somos un fallo del sistema. Somos la prueba de que el sistema necesita cambiar, adaptarse a las necesidades de todos sus integrantes.
¡Dejemos de escondernos!
¡Feliz Día del Orgullo Autista!
0 Comments