¡Hola a tod@s!

Hoy os traemos un tema polémico y considerado tabú por el gran público: desde AutisMap creemos que NO hay que rehuir éstos temas sino más bien todo lo contrario (así conseguiremos una verdadera visibilización y concienciación de nuestro colectivo y de sus circunstancias: predicando con el ejemplo).

Rara vez los padres y madres de niñ@s TEA (o con cualquier otra diversidad funcional) admitimos abiertamente que (antes o temprano) alguna vez hemos recurrido a los antidepresivos o lo hacemos de forma habitual  para “sobrellevar” nuestras ajetreadas vidas, un enorme estrés oxidativo, para “cuidar al cuidador”, para dormir por las noches o, simplemente, para enfrentarnos a los innumerables problemas que encontramos a nuestro paso y que somos incapaces de afrontar si no es con “algo de ayuda”. De todas formas, SIEMPRE debemos huir de la auto-medicación y debemos seguir las pautas de nuestro psiquiatra (que es el único que puede recetarnos antidepresivos: NO pudiéndolo hacer ni el psicólogo ni el farmacéutico, por ejemplo, por si a alguien le queda alguna duda todavía).

Como ya es bien sabido, dicho aumento en la toma o ingesta de antidepresivos es considerable en la población en general y sigue subiendo a día de hoy… Así que si tenéis dudas sobre si el que recurramos a ellos (sobretodo si eres mujer y tienes pensado ser o volver a ser madre) y creéis que el consumirlos pudiera influir en un diagnóstico TEA de vuestr@ futuro hij@ pues aquí os dejamos la traducción que hemos realizado para vosotros del artículo publicado por JESSICA WRIGHT en la página web Spectrumnews el 6 DE SEPTIEMBRE DE 2018. Pincha aquí para consultar el artículo original en inglés y consultar su bibliografía.

¿Existe relación entre los antidepresivos y el autismo? Lo explicamos

Entre las muchas cosas que se supone debe evitar una mujer durante el embarazo se encuentran los antidepresivos, particularmente un sub-tipo que se ha asociado con un mayor riesgo de autismo y TDAH (o trastorno por déficit de atención con hiperactividad).

Sin embargo, no existen apenas pruebas que relacionen los antidepresivos y el autismo. Y la depresión no tratada es peligrosa tanto para una madre como para su hijo.

Pasamos a explicar a continuación lo que los científicos saben sobre la relación entre los antidepresivos y el autismo.

¿El que se tomen antidepresivos durante el embarazo aumenta las probabilidades de que nuestro hijo desarrolle autismo?

Tal vez, pero incluso si fuera así, el riesgo sería mínimo. Diversos estudios han analizado los historiales médicos de miles de mujeres por si se apreciara cualquier aumento en las tasas de autismo entre los hijos o hijas de aquellas que tomaron antidepresivos durante el embarazo. Algunos de estos estudios encontraron hasta el doble de posibilidades entre las mujeres que ya tuvieran un hijo o hija con autismo. Sin embargo, debido a que el riesgo inicial de que pudiera influir en un diagnóstico TEA de vuestro futuro hijo ya es de por si bajo, dicho aumento podría seguir considerándose bajo en términos absolutos.

Más importante aún, aquellas mujeres que toman antidepresivos pueden tener otros rasgos que son responsables del incremento del riesgo de que sus hijos reciban un diagnóstico futuro TEA. Muchos estudios que analizan estos rasgos concluyen que no hay riesgo por el hecho de tomar dichos antidepresivos.

¿Cuáles son estos otros rasgos?

Un historial de depresión u otros trastornos psiquiátricos en una mujer está relacionado con un mayor riesgo de autismo en sus hijos. Y es más probable que las mujeres con depresión severa continúen tomando antidepresivos durante el embarazo que aquellas que se encuentren levemente afectadas, lo que nos impediría establecer cualquier comparación. El estrés materno, que puede deberse a una depresión grave, también puede afectar al desarrollo fetal.

Dos estudios publicados el año pasado analizaron datos de mujeres que habían tomado antidepresivos durante un embarazo pero no durante otro de ellos. En cada estudio, los hermanos que estuvieron expuestos a antidepresivos en el útero resultaron tener el mismo riesgo de desarrollar autismo que los que no. Estos hallazgos sugieren que cuando controlamos la genética o el entorno de la madre, los antidepresivos no aumentan el riesgo de recibir un diagnóstico TEA en sus hijos.

Otros dos estudios analizaron exclusivamente a mujeres con trastornos psiquiátricos, de las cuales tan sólo algunas de ellas continuaron tomando antidepresivos durante el embarazo. Un estudio no mostró ningún riesgo relacionado con la toma de antidepresivos cuando los investigadores compararon a las mujeres con trastornos psiquiátricos. El otro estudio encontró que por cada 100 niños con un diagnóstico de TEA, 2 podrían deber su diagnóstico al uso de antidepresivos por la madre durante el embarazo.

Se ha demostrado que la edad de la mujer, el nivel socioeconómico, el nivel de estudios y el lugar de residencia (área urbana o rural, por ejemplo) influyen en las probabilidades de sus hijos recibian un diagnóstico TEA. Por ejemplo, en un estudio que mostró el doble de probabilidades de dicho diagnóstico TEA por el uso de antidepresivos, la asociación desapareció cuando los investigadores tuvieron en cuenta 500 factores, incluidos los mencionados anteriormente.

Las mujeres diagnosticadas de un trastorno médico pueden tener razones sobradas para sospechar que su hijo o hija pueda ser diagnosticado de autismo. Este factor puede ser menos relevante en los estudios que analizan datos de países que disponen de atención médica universal.

¿Qué debe buscarse en un estudio que relacione los antidepresivos y el autismo?

Los estudios más sólidos se basan en datos de países que disponen de atención médica universal y mantienen bases de datos integrales de partos e historiales médicos. Estas bases de datos permiten a los investigadores buscar tendencias en cientos de miles de personas. No sólo rastrean el uso de antidepresivos y los diagnósticos de autismo, sino también de muchos otros factores que pueden influir en el riesgo de recibir un diagnóstico TEA.

En general, es importante verificar el número de mujeres que se incluyeron en cada estudio y cuántos niños o niñas terminaron siendo diagnosticados de autismo. Si un estudio incluye muy pocos niños o niñas con autismo, sus hallazgos no serán estadísticamente significativos.

Todos los estudios deben reflejar las diferencias entre las mujeres que toman antidepresivos durante el embarazo y las que no. Los mejores estudios estarán diseñados específicamente para abordar los factores que pueden influir en el análisis, como los descritos anteriormente.

Algunos estudios también analizan la relación entre el uso de antidepresivos en hombres y el autismo en sus hijos. Estos datos dan una idea del vínculo genético entre la depresión y el autismo porque la medicación que tome un padre no puede afectar directamente a su hijo.

¿Qué tipo de estudio demostraría que existe una relación entre los antidepresivos y el autismo?

Es posible que los estudios de observación nunca puedan proporcionar resultados concluyentes. Además de los factores mencionados anteriormente, estos estudios meten en un mismo saco dosis y tipos de antidepresivos y pueden apoyarse en exceso en informes o encuestas sobre el uso de antidepresivos contestados por los mismos pacientes.

La única forma de demostrar que existe una relación sería diseñar un estudio en el que un grupo de mujeres tome antidepresivos y otro grupo un placebo. Pero tal estudio no sería ético porque implicaría negar la medicación a un grupo de mujeres que podrían necesitarlo. Los estudios en animales nos pueden proporcionar algunas pistas. Sin embargo, es difícil documentar comportamientos similares al autismo en un animal.

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Deberían las mujeres dejar de tomar antidepresivos durante el embarazo o no?

Las mujeres que tengan que dar respuesta a ésta pregunta deben consultar, ante todo, con su médico. El riesgo de que los hijos desarrollen autismo porque la madre tome antidepresivos es pequeño, si es que existe. Y la depresión severa durante el embarazo o post-parto puede ser perjudicial tanto para la madre como para el bebé. Pero la relación entre beneficios y riesgos sobre la ingesta de antidepresivos será diferente para cada mujer.

 

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©Traducción Miguel de Cabo y Ana I. Merino

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