Hola a tod@s:

aunque ya sabéis nuestra opinión tremendamente crítica respecto al sistema educativo y a los supuestos “malos profesionales” (que dan un mal nombre al resto de excelentes profesionales dentro de éste) y a la atención que dispensan al colectivo con diversidad funcional (incluidos los alumnos con TEA) dada la cantidad de casos que están apareciendo en medios de comunicación últimamente sobre éste tema es necesaria una matización y aclaración al respecto.

EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL (y, por tanto, los docentes que lo componen) NO SE ENCUENTRA PREPARADO NI LA MAYORÍA DE SUS DOCENTES CUALIFICADOS PARA TRATAR CON ALUMNOS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL: así de claro…

No existe especialización y aunque los docentes tengan la “titulación” que les habilita para impartir esos conocimientos a TODOS los alumnos (incluido nuestros hij@s con diversidad funcional… por eso de la tan cacareada “inclusión”) educar debe ser otra cosa e implica además de dicha titulación: aptitud, actitud, formación e implicación… y respeto, mucho respeto. Tampoco debemos olvidar el papel de las familias ya que no todas ellas están a la altura de dicha tarea especialmente si tenemos en cuenta que dichos alumnos pasan la mayor parte del día en casa.

Los sistemas educativos universitarios y de otra índole encargados de formar a los docentes del mañana (para nuestra sorpresa) apenas hablan del alumnado con diversidad funcional  y sus necesidades educativas (esto ha cambiado muy poco con el paso de los años). Es por ésta razón que éstos nuevos docentes cuando ocupen sus puestos, abrumados por las deficiencias del sistema educativo, verán a dichos alumnos con diversidad funcional como un problema, un “marrón” y harán presuntamente todo lo posible por sacárselos de encima [haciendo uso de todos los recursos que el sistema les brinda: cambios de modalidad injustificados, exageración de síntomas o incluso propiciarlos, hacer ver que dicha medida se toma en interés del alumno cuando es todo lo contrario, se emprende una búsqueda de culpables: siendo éstos generalmente el propio alumn@ o los propios padres y madres]. ¡OJO! Existen honrosas excepciones que a base de tesón, de amor propio, de vocación, de PROFESIONALIDAD, de buscarse por su cuenta esa formación de la que carecen los programas educativos…. logran reponerse a éste fracaso del sistema educativo en sí (y que supuestamente terminarán pagando los más débiles…) y logran entender las necesidades de éste colectivo con diversidad funcional que, aunque no lo creáis, DEBEN TENER LOS MISMOS DERECHOS que el resto del alumnado

Entonces… ¿qué podemos hacer las familias si detectamos que “profesionales” educativos presuntamente no se comportan como tales y nos ocultan información, no colaboran, no están preparados o nos tachan de histéricos o locos por reclamar los derechos de nuestr@s hij@s? Ya que siendo figuras de autoridad y teniendo su discurso o  relato presunción de veracidad los padres quedamos en clara desventaja e indefensión… porque ¿qué ocurre si el centro y sus profesionales y responsables supuestamente toman decisiones contrarias a los derechos e interés  educativo de nuestr@ hij@ por no tener recursos, por desconocimiento, por apatía, por agotamiento, por estar “quemados”…?

Así nos encontramos a familias colocando dispositivos de escucha o imagen (grabadoras o cámaras)  que, lamentablemente, en muchos casos terminan confirmando dichos presuntos abusos, vejaciones o comportamientos impropios de dichos “malos docentes” que también son figuras de autoridad y que deben hacer, precisamente, TODO lo contrario, es decir, dar ejemplo…

Cuando un juez admite a trámite y da validez a dichas grabaciones “ilegales” como única forma a la desesperada que tienen dichas familias de demostrar que “algo presuntamente fuera de lugar o incluso ilegal” está sucediéndole a sus hij@s con diversidad funcional y que dichos “malos profesionales” y los últimos responsables de los centros o director@s temen que dichos dispositivos revelen la REALIDAD que presuntamente se vive de puertas para adentro en la mayoría de dichos centros denunciados: realidad que supuestamente llevaría sucediendo muchísimos años, que ya estaría normalizada y que habría sido silenciada… HASTA AHORA. Ésta situación, salvando las distancias, guarda inquietantes similitudes con los casos de abusos sexuales relatados en los últimos años en diferentes ámbitos y que también han aparecido en medios de comunicación… Muchos de dichos casos también habrían sido silenciados… Hasta que las víctimas perdieron el miedo… De hecho, el colectivo con diversidad funcional suele ser objeto de abuso sexual de forma especial debido a su indefensión así como también (y en un alto grado) de acoso escolar por ejemplo. Así la persona o alumno presuntamente acosado o vejado es el que termina marchándose del centro por la puerta de atrás y con ése trauma a cuestas (en algunos casos para toda su vida) mientras el acosador o acosadora solía “marcharse de rositas”…: los derechos de dichos alumnos o víctimas… pues no eran importantes la verdad…). Todo se tapaba, se silenciaba… por las razones completamente equivocadas…

Y ¿qué ha cambiado entonces? La sociedad, el profesorado, los organismos reguladores… ¡NO! Hemos cambiado los padres y madres, las familias… que por fin hemos entendido que nuestros hijos e hijas a pesar de tener diversidad funcional tienen unos derechos y éstos tienen que prevalecer por encima de todo… Y el que éstos se cumplan no es ningún favor… es un derecho. Ya no nos dan miedo ni las presuntas represalias ni las amenazas o coacciones (veladas o directas) y si hay que acudir a Fiscalía o a los juzgados pues se acude, si hay que acudir a los medios de comunicación y darles voz pues se acude… y claro ese goteo incesante de casos cada vez más habituales en medios de comunicación se hace tremendamente incómodo… y “algo habrá que hacer” aunque sea por vergüenza…

Es por ello que recibimos con agrado que a esos “malos profesionales” (a los que finalmente se demuestre que realizan esas prácticas antes referidas de dudosa ética y profesionalidad) sean expulsados de por vida del sistema educativo pues no son ejemplo de nada y mucho menos para impartir unos conocimientos y unos valores a ningún alumn@ dentro de nuestro actual sistema educativo…

¡Ojo! Igualmente debe caer todo el peso de la ley, al igual que en otros ámbitos de la sociedad, sobre aquellos que utilicen el sistema judicial fraudulentamente para acusar falsamente a profesionales educativos sin motivo alguno. Es por ello, que los “buenos profesionales” no tienen nada que temer y la transparencia debiera ser máxima… ¿Cuándo llegaremos a éste punto? Todavía nos queda… pero llegaremos: depende de NOSOTROS… de TODOS nosotros acelerar el proceso…

Equipo AutisMap